ALELUYA
Cuando el barro se hace vasija
para el agua del manantial;
cuando el trigo se hace harina
para el pan ¡¡Aleluya!!
Cuando para todos sale el sol;
cuando las hierbas brotan
y en todo renace el Amor, ¡¡Aleluya!!
Cuando el obrero logra la justicia
y el trabajo recibe su valor, ¡¡Aleluya!!
Cuando todas las madres, sin excepción
reciben un abrazo de amor y comprensión, ¡¡Aleluya!!
Cuando el pueblo marcha jubiloso
construyendo libre un futuro decoroso, ¡¡Aleluya!!
Cuando se ve al excluido y marginado
comiendo en la mesa con sus hermanos, ¡¡Aleluya!!
Si vemos al Dios Vivo en los hermanos,
y no damos culto a muertos decorados, ¡¡Aleluya!!
Si sentimos la presencia del Altísimo,
en el abrazo del jornalero agotadísimo, ¡¡Aleluya!!
Si gastamos nuestra fuerza y nuestra vida
por ser ladrillo para la casa de acogida, ¡¡Aleluya!!
Si vivimos esta vida, a ultranza
como un compartir en la esperanza, ¡¡Aleluya!!
Cuando contra la injusticia nos rebelamos,
Y el egoísmo y la crueldad denunciamos, ¡¡Aleluya!!
Al ver a los hermanos, la meta unidos persiguiendo
Los conflictos meditando y resolviendo ¡¡Aleluya!!
Cuando se entiende la autoridad que han confiado
como servicio, y no como reinado, ¡¡Aleluya!!
Cuando el servicio es amor,
ese amor liberador de condenados, ¡¡Aleluya!!
Por los que rompen de los pueblos las cadenas,
Sin importarles las luchas y las penas, ¡¡Aleluya!!
Por toda comunidad, que tenga el amor como objetivo
centro de construcción del bienestar colectivo, ¡¡Aleluya!!
Por la Iglesia Antigua, que con los pescadores resurgió
igual que en Galilea, los que Jesús llamó, ¡¡Aleluya!!
Por las mujeres que no renuncian, a recuperar su igualdad
Por las que sufren violencia, que mueren sin piedad, ¡¡Aleluya!!
Unidos en Abrazo, por la Diversidad,
De todos y con todos, por la real Unidad, ¡¡Aleluya!!
Descalzos, tras el Maestro marcharemos
y con Él, junto al lago, escucharemos
Su mensaje, su Amor y su entereza ¡¡Aleluya!!
Denunciando injusticia y opresión,
Egoísmo, crueldad y usurpación
Porque mansos, sí, todos seremos
¡pero no perderemos la firmeza!
¡¡Aleluya!!
Poema de Monseñor Camacho, adaptado por María Cristina Ruibal.
Cuando el barro se hace vasija
para el agua del manantial;
cuando el trigo se hace harina
para el pan ¡¡Aleluya!!
Cuando para todos sale el sol;
cuando las hierbas brotan
y en todo renace el Amor, ¡¡Aleluya!!
Cuando el obrero logra la justicia
y el trabajo recibe su valor, ¡¡Aleluya!!
Cuando todas las madres, sin excepción
reciben un abrazo de amor y comprensión, ¡¡Aleluya!!
Cuando el pueblo marcha jubiloso
construyendo libre un futuro decoroso, ¡¡Aleluya!!
Cuando se ve al excluido y marginado
comiendo en la mesa con sus hermanos, ¡¡Aleluya!!
Si vemos al Dios Vivo en los hermanos,
y no damos culto a muertos decorados, ¡¡Aleluya!!
Si sentimos la presencia del Altísimo,
en el abrazo del jornalero agotadísimo, ¡¡Aleluya!!
Si gastamos nuestra fuerza y nuestra vida
por ser ladrillo para la casa de acogida, ¡¡Aleluya!!
Si vivimos esta vida, a ultranza
como un compartir en la esperanza, ¡¡Aleluya!!
Cuando contra la injusticia nos rebelamos,
Y el egoísmo y la crueldad denunciamos, ¡¡Aleluya!!
Al ver a los hermanos, la meta unidos persiguiendo
Los conflictos meditando y resolviendo ¡¡Aleluya!!
Cuando se entiende la autoridad que han confiado
como servicio, y no como reinado, ¡¡Aleluya!!
Cuando el servicio es amor,
ese amor liberador de condenados, ¡¡Aleluya!!
Por los que rompen de los pueblos las cadenas,
Sin importarles las luchas y las penas, ¡¡Aleluya!!
Por toda comunidad, que tenga el amor como objetivo
centro de construcción del bienestar colectivo, ¡¡Aleluya!!
Por la Iglesia Antigua, que con los pescadores resurgió
igual que en Galilea, los que Jesús llamó, ¡¡Aleluya!!
Por las mujeres que no renuncian, a recuperar su igualdad
Por las que sufren violencia, que mueren sin piedad, ¡¡Aleluya!!
Unidos en Abrazo, por la Diversidad,
De todos y con todos, por la real Unidad, ¡¡Aleluya!!
Descalzos, tras el Maestro marcharemos
y con Él, junto al lago, escucharemos
Su mensaje, su Amor y su entereza ¡¡Aleluya!!
Denunciando injusticia y opresión,
Egoísmo, crueldad y usurpación
Porque mansos, sí, todos seremos
¡pero no perderemos la firmeza!
¡¡Aleluya!!
Poema de Monseñor Camacho, adaptado por María Cristina Ruibal.
© Sebastián Camacho Bentancur
