martes, 21 de septiembre de 2010

CRISTIANO - "Abrazo al Mundo" - Mons.+++ Sebastián Camacho


CRISTIANO

El cristiano debe ser alegre, debe ser luz
para los pueblos, debe ser revolucionario,
o si no, que deje de llevar ese nombre.

El cristiano debe ver al Cristo en los ojos
de todos sus hermanos, hasta en aquellos que,
empañados de mal, oscurecen los destellos de la obra divina.

El cristiano no condena, transforma con su amor.
El cristiano se involucra en la causa de los pueblos,
y no teme al puñal silenciador de la rebeldía.

El cristiano, siembra la esperanza en los corazones,
despertando las conciencias adormecidas
por las prédicas milenarias de resignación
de los púlpitos extranjeros.

El cristiano es libre, y su corazón rebosante de sangre caliente,
ya que un Dios inmenso y poderoso vive en sus entrañas eternas.

El cristiano es valiente, crítico y comprometido,
reconoce sus debilidades y las hace fortaleza con su entrega.
El cristiano es oblación por su pueblo,
y más por aquellos desheredados del mundo.

El cristiano no conoce de rencores; sí conoce abrazos.
El cristiano abre los ojos al ciego, que camina
confiando en otras voces. El cristiano hace caminar a los paralíticos,

paralizados por la opresión internalizada. El cristiano hace hablar
a los mudos por el miedo a las represalias.
El cristiano no es cristiano para los cristianos.
¡Es cristiano para el Mundo!

Montevideo, 2008.



© Sebastián Camacho Bentancur