martes, 21 de septiembre de 2010

DÍA DE LA IGLESIA DEL ABRAZO- "Abrazo al Mundo" - Mons.+++ Sebastián Camacho


DÍA DE LA IGLESIA DEL ABRAZO

25 de noviembre de 2007

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

¡Feliz Día de la Iglesia!

Es un gran placer para mí dirigirme a ustedes, Pueblo de Dios,
en este día tan importante para la Iglesia. Hoy celebramos el día
de nuestro carisma abrazador: es el espíritu de encuentro y abrazo,
que guía nuestros pasos rumbo al Padre, en Cristo Jesús.

Es un día de Fiesta. Hoy celebramos el Amor de Dios,
incondicional para con el ser humano, y el mensaje salvífico
que - por medio de su hijo Jesucristo - nos dejó encomendado;
mensaje que no debe irse en palabras engalanadas de teologías
rebuscadas; debe estar materializado en obras claras,
brotadas de corazones sinceros y entregados al anuncio eficaz
de la Buena Noticia de la Salvación Universal.

Debemos ser para el Mundo luz que ilumine sus tinieblas,
sal que aderece su existencia sin sabor, y sobre todo esperanza
certera en la resurrección a una nueva vida,
que comienza ahora en este mundo, al estar unidos a Cristo,
y se perfecciona al llegar al seno del Padre,
gracias al Espíritu Paráclito .

Debemos celebrar la vida desde un profundo compromiso
con los hermanos que nos rodean, desde nuestras
actividades religiosas, desde las que realizamos como laicos;
debemos estar inundados por el Espíritu Santo,
por su Amor transformador que da la verdadera libertad.
Ser personas entusiasmadas con Cristo, felices de la salvación
que por su amor se manifiesta día a día, y sobre todo,
comprometidos en un cambio sustancial de este mundo,
para que la justicia prime en todos los ámbitos de la vida humana.
Estar centrados en el Amor de Díos, es el único camino
para transformar la Iglesia en un Pueblo que cambie
la historia del mundo radicalmente,
que llegue a constituirse en la alternativa
de felicidad humana real y perenne.

Seremos perseguidos por las mentes que se sienten seguras
en convicciones dogmáticas, de prelados cuyas acciones perimidas
desean dañan el andar de esta Primigenia Comunidad Cristiana.
Serán esos hombres y mujeres que, aferrados a obsoletas
normas imperiales, dejan caer por tierra el Evangelio de Cristo,
al ser solo predicado desde la ley impuesta por imperios
que lo impregnaron de soberbia. Esta actitud nada tiene que ver
con la Comunidad de aquel hombre de Galilea,
que hablaba con samaritanas, perdonaba prostitutas
y comía con pecadores.
Cuidemos nuestras posturas, librándonos de conceptos de iglesia
que provocan daños a la Providencia, cuyo precio es la pérdida
de corazones convertidos a Cristo. Así, el Señor es rehén
de obrares de egos hambrientos de poder .

Hermanos debemos ser humildes como palomas
y astutos como serpientes. Seamos para el mundo
un Nuevo Amanecer desde la antigua catolicidad y apostolicidad
de la fe, vividas en comunidad de Amor.

No teman cuando sean calumniados por proclamar el Evangelio;
teman cuando su prédica sea aplaudida por todos,
sin producir cambios en las vidas. Será el día que estarán
predicando en función de otro dios que no es el nuestro.
Ese dios es aquel que está anidado en lo más profundo
del ego humano y brota al primer aplauso adulador.

El servidor de Dios debe ser sencillo en su actuar y vivir,
aunque la Santa Iglesia le cargue de títulos reverenciados,
estos son de servicio absoluto, y no de vana gloria mundana.
¡El que más vale es el que más sirve al prójimo!

Es muy fácil ir a abrazar a nuestro prójimo más simpático, que
al anciano, al niño abandonado, a la viuda sola;
pero nuestra Iglesia está llamada por Dios a Abrazar a TODOS,
incluyendo a los que otros catalogan como “indignos e impuros”;
lo han dicho otros; no nuestra Iglesia, la que no realiza,
ni realizará jamás, tales calificaciones a hijos de Dios.
Hay que ejercitar el músculo del Amor, y este se fortalece
solo amando, solo yendo al encuentro del otro,
haciendo del amor una actitud permanente
y una cosmovisión de vida.

Hermanas, a ustedes la Iglesia la llama a servir a Cristo
desde los ministerios ordenados, y en este año se han dado
grandes pasos sobre la equiparación justa entre géneros
en el servicio de la Iglesia. Fue ordenada la Madre Noelia,
como obispa de la Iglesia, y esto es fundamental para un proceso
hacia un clero mixto, que manifieste la diversidad
de la humanidad en plenitud.

Queridos hermanos permanezcan en Común-Unión
unos con otros, y contagien la alegría de estar con Cristo,
construyendo su Reino en la Tierra.
No teman en abrazar a Todos, ya que ningún hermano,
por mal que haya obrado, podrá mancharlos; no se dejen amedrentar
por comentarios tales como “come con prostitutas y ladrones”;
alégrense, ya que Cristo estará obrando en ustedes,
estará transformando muerte en vida plena.
Sean hermanos de TODOS, y no se escandalicen
por los hermanos más lastimados por el pecado;
sean pacientes, y sánenlos con el Amor
que Dios hace brotar de sus corazones como agua viva.

Construyan puentes de esperanza en todas las áreas
de la vida humana y social; que su mensaje no quede recluido
en los templos adornados con himnos solemnes,
sino que sea expuesto en las plazas y en los diarios,
que llegue a los poderosos y a los más excluidos,
a los últimos de este mundo, por los que tenemos
una opción preferencial.
La exclusión es un flagelo que nuestra Iglesia del Abrazo,
fracción entusiasta de la Única Iglesia de Cristo, debe destruir
en forma eficaz, no con el asistencialismo,
que solo calma un instante y luego hunde al hermano nuevamente
en su injusta condena social, sino en la búsqueda de soluciones
dignas y duraderas.
La iglesia debe ser la voz de los sin voz, la Iglesia debe ser
el bastión de lucha contra todo tipo de injusticia.
La Iglesia es el Pueblo de Dios, y como pueblo de Dios,
Dios habita en ella.

Como Patriarca de esta Gran comunión Apostólica,
comprometo mi vida hasta mi ultimo suspiro,
en la causa de Cristo y su Reino.

Les pido que oren por mí, para que pueda servir a Dios
con fidelidad y entrega, pudiendo ser un pastor
a imagen de nuestro Señor.

¡Sean fieles a Cristo, siempre!

¡Festejen hermanos que Dios está con nosotros,
que seamos creíbles ante sus ojos de Padre!

¡FELIZ DÍA DE LA IGLESIA!
¡FELIZ DÍA DEL ABRAZO!


Reciban mi Bendición Apostólica Patriarcal y mi Amor Paternal

+++SEBASTIÁN CAMACHO

En la Sede Patriarcal de Montevideo, 22 de noviembre de 2007.


© Sebastián Camacho Bentancur