martes, 21 de septiembre de 2010

EDUCANDO - "Abrazo al Mundo" - Mons.+++ Sebastián Camacho


EDUCANDO

¿Para qué educamos?

Los que estamos en el campo de Educación, muchas veces, somos elementos reproductores de las realidades,
a través de nuestras acciones educativas; responden como aparato ideológico del Estado, que trata de mantener el orden y
legitima las clases poderosas.

Pero nuestras acciones deben estar guiadas por el afán de libertad
y dignidad para todos, con una gran carga de rebeldía
ante las imposiciones subliminales,
que se presentan como el deber ser del educador.

Debemos darles a nuestros niños y jóvenes
el entusiasmo suficiente para que se echen al mar de la vida,
con las herramientas necesarias para no sucumbir
al primer vendaval; sino que puedan rumbear sus barcas
hacia los horizontes del progreso comunitario,
donde lo personal será realizado
en el crisol de diversidades del colectivo.

Abrir los horizontes de nuestros jóvenes
es la misión de la Educación, mostrar que otro mundo es posible,
es despertar al cambio y poner color a las vidas,
dándole las riendas a cada uno para cabalgar rumbo al objetivo
más elevado, que es ser y saberse perfectible,
y encausar sus vida en esa completitud constante,
que no debe nunca dejar de contar con nuestros prójimos.

La Construcción de un continente unido, es misión de una educación
que mire al colectivo de la América Total, y no se segregue
en una pequeña parcela entre algunos ríos y montañas.
Los latinoamericanos deben forjar una educación
que elimine de sus tierras la ignorancia: ella propicia
la manipulación de las vidas en forma inmoral;
la Educación es indispensable para una democracia eficaz y duradera,
que erradique los abusos en los pueblos obreros.

No debemos dejar reducida la Educación, al solo leer y escribir,
o a brindar lo meramente instrumental; la Educación real debe
liberar el espíritu creador de cada ser humano,
propiciando, con nuestra humildad, acción educadora
a los arquitectos de un mundo mejor,
en todas las áreas para todo sus habitantes.

El hombre y la mujer americana deben ser educados en sus culturas,
en sus raíces, para luego ir en busca de realidades enriquecedoras,
que acrecienten sus reservorios de experiencias,
y así valorar lo que les dio la vida, siendo activos partícipes de su transformación plenificadora.

Las comunidades deben generar sus propias instituciones,
para educar en aquellas cosas que son valoradas por ellas,
y no permitir que la unificación democrática se transforme
en una uniformización depredadora de lo aborigen

Fundemos Centros Democráticos de Educación Comunitaria,
en donde todos y todas debatan, y generen un currículo
para las generaciones jóvenes, dando participación a sus intereses,
sin perder de vista lo macro del continente y del mundo.
Nuestro proyecto Casa del Abrazo, estará al servicio de la causa
de la Educación Popular, para que la democracia sea plena,
en su ejercicio, en toda América.

Montevideo, 2003



© Sebastián Camacho Bentancur