martes, 21 de septiembre de 2010

CARTA A LOS PUEBLOS - "Abrazo al Mundo" - Mons.+++ Sebastián Camacho


CARTA A LOS PUEBLOS

Montevideo, 2008
Luchemos junto a Cristo por la liberación de los Pueblos

Marcos 6:3 “ ¿No es este el carpintero, el hijo de María ...?”

Queridos hermanos del Mundo:

Cuando nos dirigimos a un hermano que no pertenece
a nuestra Iglesia, y manifestamos nuestra fe,
inmediatamente muchos de ellos sienten el enorme alivio
de que no somos romanos; muchos son ateos y su opción es lógica.
El Dios proclamado e impuesto en estas tierras americanas,
es el dios aliado a la riqueza y el poder político
fue ese dios distorsionado por los imperios, que lo usaron
para amalgamar su poderío, el que arribó a estas tierras vírgenes
con los españoles.
El dios institucional, dista mucho del Dios verdadero,
que se manifestó en Jesús.
Ese dios que hoy descansa en grandes basílicas
y es rodeado de ornamentación suntuosa,
no tiene nada que ver con el Dios del Siervo de Yahvé.

Una teología de resignación y aceptación, es la que promovieron
los seguidores del dios institucional, quedando el Evangelio
en un simple cuento hermoso de alegorías infantiles.
Es muy fácil para los hombres contagiarse de corrientes
y poderes que ensanchen su Ego, dando nombres
y valores absolutos a su condición de opresores.
Es muy duro ver como la sangre ha corrido,
en nombre de ese Dios de Jesús, de ese Dios que vino
a dar su amor a los pescadores y humillados,
a los excluidos y pecadores, es ese mismo Dios
el que ha quedado prisionero detrás de las parafernalias imperiales.

Es un dios al que se le debe pedir número para poder verlo,
y aún peor, para poder ser perdonado, es un dios que dio su poder
a una iglesia jerárquica. Es esa institución la que determina
quién es perdonado y quién no lo es, es la que determina
qué es justo y qué no lo es. No hablo de ninguna en particular,
pero todas poseen ese toque de distinción que hace de Cristo
un rey de reyes, y de sus representantes,
príncipes y vicarios plenipotenciarios.
Qué difícil es para el ser humano no creérsela, ya que
su dignidad pasa sobre la de los demás,
gracias a un plus divino que solo algunos tienen.

La dignidad Humana es la riqueza más inconmensurable
que el Creador nos ha dado, y es igual para todos
los seres humanos: Mujeres y Hombres, sin excepcionalidad.
Ser hijos de Dios recuperados, redimidos por Cristo es lo que hace
al Hombre tener su valor divino; no se contrapone
a su valor intrínseco natural, sino, se complementa
y retroalimenta en una compleja valoración terrena-eterna.

Cuando hablamos de Cristo debemos conocer
de quién estamos hablando; no hablamos de una estampita
o de una imagen angélica. Hablamos de un revolucionario
del orden de la vida. Un revolucionarios que invirtió
el orden reinante de valoración; un revolucionario que proclamó
un reinado de justicia, frente a la desigualdad más lacerante.

Es ese hijo de carpintero, que en Marcos 6: 3, fue desacreditado
por su origen humilde y su oficio: “¿No es este el carpintero,
el hijo de María ...?”, es hoy quien debe interpelar al creyente
desde su fe y al ateo desde su accionar social, y preguntarnos:
¿Estamos siendo partícipes de este plan de Justicia, donde
el Dios de Jesús nos ha invitado a participar?.
Probablemente esta pregunta sea contestada con un NO,
y es la verdad de muchos, que se dejan guiar, cual ovejas,
por pastores que no responden a Cristo.

No debemos ser ovejas, que sin pensamiento van tras el cencerro
de la que va al frente, ni dejarnos llevar por pastores
que nos críen y luego nos lleven al matadero,
para vender nuestra carne y lana.

Debemos ser hermanos unos de otros,
estableciendo una Común –Unión plena entre iguales,
propiciando la apertura de las conciencias,
alienadas por un sistema espiritual capitalista -imperialista.

El ser plenamente feliz, es el destino del ser humano,
y para eso debe ser plenamente libre, consciente de su libertad
y la de los demás, poniéndose en conjugación con su comunidad,
la cual le da por interacción e integración su valor trascendental.

Generar un pueblo de Dios activo y luchador debe ser el fin
que como obispos, servidores de la Iglesia y el mundo,
debemos promover, y participar.
Ser gestores del quiebre de los sistemas de pensamientos
monolíticos y monopólicos, ser sembradores de la esperanza
que Dios en su Hijo Jesús da para los pueblos.

Ser la transformación de este Mundo, implica ser motor
de cambios, de apertura, de Comunidad, de denuncia y compromiso;
es sin duda el ser aliados de los que buscan la Igualdad
y la inclusión de todos los seres humanos y sus diversidades.
La Iglesia Católica Antigua, es una iglesia beligerante
en todas las áreas; no es neutra, ni finge serlo;
toma partido, toma responsabilidad por las realidades
en que vive y trabaja, para trasformarlas.
Es una iglesia de pueblo; como tal, participa de sus
mismas necesidades, angustias y alegrías,
y como voz de Dios clama por la boca del hambriento
y exige su equidad social.

Como pueblo de Dios no podemos seguir
siendo cómplices de las explotaciones,
de las humillaciones que nuestros pueblos sufren.

Debemos detonar conciencias y ser carriles para el cambio real
y eficaz. El capitalismo exacerbado que aplasta a los más pequeños,
dando el poder a los menos, y perpetuando y ahondando
las brechas de clases, es un sistema nefasto
que debe ser eliminado para que aflore la justicia.

Este planteo no es nuevo, este planteo no lo hemos descubierto:
es el mismo que recitó María en su Magnificat,
al serle anunciado su concepción por el Ángel Gabriel:

“...Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios
de corazón. Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes. A los hambrientos
los colma de bienes y a los ricos despide vacíos...”

No sé cómo podemos seguir siendo cristianos
con estas frases, sin sonrojarnos de vergüenza:
es la humilde María, la que hace suyas estas viejas palabras,
y las lanza como bitácora de justicia, hacia el Reino de Dios
en la Tierra. Es el ejemplo de María el que debe interpelarnos,
y su “Fiat”, contagiarnos, para poder realmente
embarcarnos en la Providencia Divina:
¡que el ser humano sea plenamente humano!

Para esto, queridos hermanos, debemos unirnos
y cimentar lazos de compañerismo, que logren concretar
avances significativos hacia la Justicia en todas las áreas;
es por esta razón que los exhorto a unirse a todo aquel movimiento
que busque vencer este orden de injusticia,
llevando esa esperanza imperecedera,
que Cristo nos ha contagiado con su Evangelio.

Debemos generar instancias de cambio
en todos lo ámbitos de la Vida humana, Ideológico, Político,
Social y, por supuesto, en lo Eclesial.

Para esto los invito, queridos hermanos y compañeros, a crear
una unión de creyentes revolucionarios,capaz de amalgamar
a las comunidades cristianas de todo el Mundo,
que busquen el cambio en este Mundo, esperando el escatológico,
pero realizando el temporal en común –unión.

La Iglesia Católica Antigua está abierta a la participación política
y en otras áreas, con el fin de defender la dignidad humana,
y su promoción en todo el Mundo; debemos darle al Mundo
el Verdadero Mensaje de Cristo: ese Amor transformador
de toda existencia, que se entrega en forma incondicional
a todos los Hombres.

Algunas de las acciones que la iglesia proyecta en América,
para lograr un Orden de justicia:

Mediadores: la Iglesia está dispuesta a trabajar
en la construcción de puentes de paz y diálogo
entre comunidades en conflicto..
Generar una capellanía o instancia de visita pastoral,
tanto a soldados, como a rehenes; siendo el nexo
para posibles negociaciones. En caso de que ya existan
sacerdotes, darles el apoyo institucional
de la Incardinación.

Constitución de un Seminario Interamericano,
para la formación sacerdotal. Espacio de formación
a distancia o in situ, en la que los hermanos seleccionados
por cada comunidad eclesial reciban la formación
para el ministerio ordenado, (hombres y mujeres,
sin importar formación académica; solo su selección
democrática)

Constitución del ámbito “Congregación Latinoamericana
para el Abrazo Mundial”, organización con estatus
jurídico eclesial, que trabajará para la unidad
de los cristianos y otras confesiones de fe.

Seminario de Cristianismo Social: Instancia anual
o permanente, donde las iglesias y sus fieles reciban
formación cristiana comunitaria primitiva
(comunismo primigenio)

Federación de Iglesias Cristianas Americanas
( FICA) : Organismo que poseerá una función vinculante
entre las comunidades de vida religiosa del continente,
sin la imposición de posturas ni de dogmas.

Educación Integral en las Misiones Socio –
Pedagógicas Evangelizadoras:
Formación comunitaria en progreso y unidad.

Realización de contactos con instituciones: religiosas,
políticas, gubernamentales, que posean el mismo ideal
de unidad y emancipación latinoamericana.

Solicitud de becas formativas en socialismo,
con el fin de generar un marco teórico – práctico.
Coherente, para las acciones socio evangelizadoras.
Formación Socialista (no partidaria)

Intercambio Cultural con regiones y países del cono sur,
con el fin de construir vínculos de unidad y acción.

Conjunción de la Fe Católica y la Participación
Política en América (sector político)

Búsqueda de apoyo financiero y político de estas acciones
de carácter cristiano revolucionario.

Generación de Proyectos Comunitarios
Productivos: mediante la interacción real y plena con
las comunidades de América, propiciar la creación
de cooperativas de producción, con extensión
latinoamericana.
Búsqueda de asesoría y apoyo gubernamentales.

Visitas Pastorales Patriarcales: generar viajes
pastorales, con el fin de unir distancias y amalgamar la Fe,
la Iglesia y la Comunidad, en pos de una América
Unificada en justicia.

Esta es una lista de las acciones que la Iglesia plantea,
como Plan Pastoral latinoamericano, en el lapso de siete años.
Es ambiciosa, pero la unidad de nuestro clero la podrá hacer
realidad en Todo el Mundo.

Queridos hermanos: ¡seamos fieles al Evangelio de Cristo,
y recordemos el Magnificat en todas sus fuerzas y coherencia,
para que venzamos el despotismo, la opresión y la humillación
del ser humano!

Queridos míos: cuenten con la Iglesia Católica Apostólica
Antigua del Río de la Plata, como bastión de lucha social
para el logro de la plenitud del ser humano: ella solo
se puede dar gracias a la Justicia.
¡Todos los hermanos y comunidades
son Bienvenidas a la Iglesia!

Reciban Mi bendición Apostólica y mi Abrazo de Hermano Servidor.

+++SEBASTIÁN CAMACHO



© Sebastián Camacho Bentancur